En una feria de animales,
un hombre se decide a comprar un gallo alfa, para echarlo en su corral con las
gallinas ponedoras. Después de ojear un gran número de ejemplares, se queda
mirando a dos gallos, que tenía uno de los participantes en la feria, en una
gran caja de madera y malla metálica. Después de mirarlos detenidamente durante
un buen rato, le dice al dueño...
- Perdone, querría hacerle
una pregunta. ¿Cuánto vale ese gallo?
El señor lo mira a la cara
y le contesta...
- ¿Cuál de ellos, el rojo
o el blanco?
El hombre decidido a
comprar uno de los gallos le dice...
- El rojo, el rojo.
El hombre sin mirarle
siquiera le dice:
- El rojo vale 150 euros.
El comprador pregunta de
nuevo:
- ¿Y el blanco?
Despóticamente el vendedor
le dice:
- El blanco también.
Continua el comprador
haciendo preguntas al vendedor y le dice:
- Se ven muy grandes esos
gallos ¿No? ¿Cuánto miden?
El señor lo vuelve a mirar
a la cara y le contesta...
- ¿Cuál de ellos, el rojo
o el blanco?
El hombre necesitado de
comprar uno de los gallos le dice...
- El rojo, el rojo.
El hombre sin mirarle
siquiera le dice:
- El rojo mide 40
centímetros.
El comprador pregunta de
nuevo:
- ¿Y el blanco?
Despóticamente el vendedor
le vuelve a decir:
- El blanco, también mide
40 centímetros.
Nuevamente el comprador,
le vuelve a hacer una pregunta al vendedor.
- Perdone... Se ven muy
fuertes esos gallos ¿No? ¿Son buenos peleando?
El señor vendedor lo mira
a la cara y le contesta...
- ¿Cuál de ellos, el rojo
o el blanco?
Alterado, el comprador le contesta...
- ¡¡¡Yo que sé oiga!!!
¡¡¡El rojo, el rojo!!!
Nuevamente el hombre,
dándole la espalda y sin mirarle siquiera le dice:
- ¡¡¡Ufff el rojo es muy
bueno peleando!!! ¡¡¡Donde va a parar!!! ¡¡¡Muy bueno!!!
El comprador pregunta de
nuevo:
- ¿Y el blanco, como es el
blanco?
Con una ironía descomunal,
el vendedor le vuelve a decir:
- El blanco también.
Fuera de sí y sin poder
aguantarse más, el comprador le dice al vendedor:
- ¡¡¡Me está usted sacando
de mis casillas, oiga!!! ¡¡¡Váyase a la mierda!!! ¿Por qué cada vez que le
pregunto algo de los gallos, me dice usted si el rojo o el blanco? ¡¡¡Al final
siempre son los dos iguales!!!
Esta vez el vendedor, hace
uso de su mano izquierda y le dice:
- ¡¡¡No seas jodío!!!
¡¡¡Es que el gallo rojo es mío!!!
El comprador aliviado le
pregunta de nuevo:
- ¿Y el blanco?
Sin demorarse, le contesta
el vendedor:
- ¡¡¡El blanco también!!!
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