En
una importante Consejería de la Junta de Andalucía, el Jefe de Gabinete del Sr.
Consejero, decide cambiar la actual secretaria del mismo —a la cual le quedan
meses para jubilarse— por una escultural y joven rubia de 25 años, de voz dulce
y aterciopelada, de 1,80m de altura, con medidas de 90-60-90, pelo largo hasta
la cintura, piel tersa y suave, con unos andares sinuosos, que serían capaz de
embelesar y engatusar, al más casto y puro de los hombres de este mundo.
Cuando el Sr. Consejero, vio a su nueva secretaria sentada en la mesa justo antes de su despacho, pensó...