Bodas de oro

Dos enamorados de 78 y 76 años, (respectivamente) que celebran su 50 aniversario de bodas, o sea, sus bodas de oro.
Por la noche, hacen una pequeña fiesta, a la que invitan a sus amigos más allegados.
Una vez terminada la fiesta y cuando ya se han quedado solos, él le dice a ella:

- Chati, cariño, ahora viene lo mejor de la noche, hoy nos toca revolcón (como antaño) para nuestra celebración de las bodas de oro.

Ella, -conociendo ya a su longevo marido- le dice:

-Pepe... ¿Tú estás seguro? ¡Mira que tú, ya no estás para estos trotes!

Él, -que se siente ofendido en su honor- le dice:

- Mira Josefina... ¡¡¡Esta noche pienso quemar contigo, todos los cartuchos que me quedan!!!

Josefina, -un poco incrédula- asiente mirándolo y juntos, se marchan al dormitorio.

Una vez en el dormitorio, (con mucha dificultad) comienzan a desnudarse lentamente.

Posteriormente, -cada uno de ellos- se quitan los audífonos.

A continuación, prosiguen con las dentaduras postizas, cada uno, deja la suya dentro de su vasito de agua, que tienen encima de la mesita de noche.

Terminados los dos, se meten en la cama; ella se coloca sobre su costado izquierdo -dándole su trasero-, y él, se coloca justo detrás, agarrándola por la cadera con su mano derecha (la cual agarra ella, dulcemente con su mano) para hacer lo propio del momento.

Comienzan la acción, y muy suavemente, él le dice a ella:

- ¿Sesenta treinta?

Ella le responde:

- Noventa cien.

Él repite de nuevo:

- ¿Sesenta treinta?

Ella contesta otra vez:

- Noventa cien.

Él por tercera vez, y un poco más fuerte, le dice:

- ¿Sesenta treinta?

Ella, -alzando un poco la voz- le dice:

- Noventa cien.

Él, -muy sofocado y sudoroso- echa mano a la mesita de noche, agarra el audífono y la dentadura,  se los coloca, y gritándole a ella le dice:

¡¡¡QUE SI SIENTES, COMO TE ENTRA!!!

Ella hace lo mismo, alarga la mano hasta la mesita de noche, coge el audífono y la dentadura, se los coloca, y gritándole a él enojada, le dice:

¡¡¡QUE NO ME ENTRA BIEN!!!