Un señor
multimillonario, decide celebrar con todo lujo de detalles, una fiesta en
una de sus lujosas mansiones.
En determinado momento, pide que la música que está sonando
en dicha fiesta, se pare, y se guarde silencio.
Coge el micrófono, y mirando al lago donde cría unos fieros y
hambrientos cocodrilos australianos, dice:
- Quien se tire al lago, consiga atravesarlo por su parte más
larga, y salga vivo por el otro lado, ganará mis coches de lujo, mis aviones y
mis mansiones, excluyendo esta.
En ese momento, ve como alguien súbitamente, salta al lago...
¡¡¡La escena vivida por todos es impresionante!!!
Se desarrolla una lucha intensa, el intrépido hombre se
defiende como puede, agarra con fuerza las mandíbulas de los cocodrilos con sus
manos, y las aparta de si empujándolas con sus pies, retuerce la cola de los
reptiles, abriéndose paso entre ellos…
¡¡¡Mucha violencia y emoción se estaba viviendo allí!!!
¡¡¡Parecía una película del famoso actor Paul Hogan, en Cocodrilo
Dundee!!!
Después de bastantes minutos de terror y pánico entre los
asistentes, sale el valiente hombre del lago, lleno de arañazos, cortes, hematomas
y casi desnudo.
El multimillonario
se aproxima a él, lo felicita efusivamente, y le pregunta:
- ¿Dónde quiere usted que le haga entrega de mis coches y mis
aviones?
El pobre hombre, casi sin poder respirar y resollando, le
dice:
- ¡Gracias caballero!… Pero no quiero sus coches de lujo, ni
sus aviones señor.
El multimillonario,
muy extrañado le dice:
- Esta bien… ¿Y las mansiones? ¿Cuándo firmaremos el contrato
para cedérselas?
Nuevamente, -el valeroso e intrépido hombre- le contesta:
- Tengo una hermosa casa señor, y estoy muy contento de vivir
en ella, no preciso de sus fabulosas y suntuosas mansiones.
Puede quedarse con todas ellas. No quiero nada que sea suyo
señor.
Impresionado por la situación, el millonario le pregunta:
- ¿Pero… si Ud. no quiere nada de lo que ofrecí cuando hablé,
entonces… ¿Qué es lo que quiere? ¡Dígame!
El hombre, -tratando de aguantar su monumental enfado-,
responde irritado:
- ¡¡¡Encontrar al hijo de puta, que me empujó al lago de los
cocodrilos!!!
MORALEJA
Nosotros, somos capaces de realizar muchas cosas, que a veces,
ni pensamos, ni creemos ser capaces de hacer. Solo necesitamos un pequeño empujoncito.
Con esto aprendemos que… “En ciertos casos y momentos, un “hijo
de puta”, es necesario en nuestras vidas para hacer que nos superemos”.
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