Se muere un concejal de Izquierda
Unida -ateo de nacimiento- y va al cielo (cosa utópica para un ateo
confeso).
Al llegar allí, se encuentra con San
Pedro, que lo espera en la puerta de entrada al cielo.
Alucinando por estar en el paraíso, el
concejal de Izquierda Unida, mira a su alrededor muy curioso y viendo
que las nubes estaban llenas de relojes de pared, le preguntó a San Pedro:
- ¿Para qué son todos esos relojes, que
cuelgan de las nubes, Pedrete?
San Pedro,
-al que no le gusto nada, la familiaridad con la que le habló-, le contestó:
- Pues verás concejalete, cada uno de
esos relojes, representa a una persona que vivió en la tierra, o que aún vive,
y está por venir.
El concejal lo mira y le pregunta:
- Y... ¿Para qué sirven?
San Pedro
se acerca a él, le pone su mano en el hombro y le dice:
-Verás... Te explico.
Cada vuelta que dan las manecillas del
reloj, se corresponde con el número de mentiras, que pronunció durante su vida,
la persona dueña del mismo.
Por ejemplo: ¿Ves ese de allá?
El concejal, muy atento a las
explicaciones de San Pedro, le contesta:
- Sí. ¿Qué le pasa a ese reloj?
¡Cuéntame!
San Pedro,
hace uso de su experiencia oratoria, y le dice:
- Pues, ese concretamente, perteneció al
insigne Abrahán Lincoln y sólo dio una vuelta. Eso quiere decir, que solo
pronunció una mentira en toda su vida.
El concejal de Izquierda Unida, no
puede salir de su asombro, y tras una sonora exclamación, le pregunta a San
Pedro:
- ¡¡¡WwwoowwW!!! ¿Y aquel que está allí?
¿A quién corresponde? ¿Quién es su dueño?
San Pedro
-con suma paciencia- le contesta:
- Ese reloj, perteneció a la que fue una
santa en vida, a la gran... Teresa de Calcuta. Nunca jamás, dio una sola
vuelta.
- ¿Y aquel de allí, a quien pertenece?
Preguntó de nuevo el concejal, con cara
de curiosidad.
San Pedro,
le contesta muy serio:
- Ese concretamente, perteneció a Juan
Pablo II. El segundero se movió, “solo dos segundos” y quedó inmóvil para
siempre.
Entonces, muy entusiasmado, el concejal
de Izquierda Unida le pregunta:
- Pedrete, y por casualidad... ¿Tú no
habrás visto, el de mi presidente de
España... Mariano Rajoy? ¿Verdad que no?
A San Pedro, le sale una amplia
sonrisa -que le va de oreja a oreja- y le contesta:
- ¿Ese?... ¡¡¡Sí, claro que lo he visto!!! Ese
es con diferencia... “El reloj más popular del cielo”. Lo tiene Jesús colgado
en su despacho...
¡¡¡Puesto como ventilador!!!
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