En una
parada de autobús del centro de la ciudad, se encuentra esperando "Un
pivón de tía con falda estrecha".
Una muchacha de unos 25 años, con cuerpo
escultural, y ropa negra de cuero extremadamente ajustada al cuerpo.
Imaginaros
la escena para haceros una idea acorde a la situación.
Su
vestuario está compuesto de chaqueta corta, falda corta -por
encima de las rodillas y muy ceñidas al cuerpo- y unos zapatos
de tacón de aguja de 14 cm de altura.
Ya
todos sabemos, lo que ocurre con este tipo de
faldas para levantar después las piernas (que no te dejan
hacerlo).
Pues bien:
a la llegada del autobús a la parada, la señorita que se encuentra la primera
de la fila, se dispone a subir al mismo pero; al intentarlo, se da cuenta de
que la falda, no le deja levantar lo suficiente la pierna como para subir el escalón del autobús.
Lo intenta de nuevo varias
veces, pero sin conseguirlo.
Así, que
decide como solución, bajarse un poco la cremallera situada en la parte de
detrás de la falda, y volver a intentarlo. Pero de nuevo la falda, no le deja
subir la pierna lo suficiente.
Todos los
que esperan para subir al autobús, comienzan a impacientarse ante el
temor, de que el autobús se marche y los deje en la parada. Por lo que la
muchacha se dispone de nuevo, a bajarse un poco más la cremallera de
la falda, para ver si así, puede levantar la pierna lo suficiente
como para subir el escalón del autobús.
Nuevamente,
no consigue levantar la pierna lo suficiente, y todo el mundo comienza
a desesperarse (incluido el conductor del autobús) que ve impasible como la
señorita no sube.
Angustiado
por lo que está pasando, el señor que está justo detrás de ella, (un hombre de
unos 30 años y musculoso) decide cogerla de la cintura y subirla con
suavidad y ternura, -aunque con firmeza- a la plataforma del
autobús para facilitarle el acceso al mismo.
Acto
seguido, la muchacha se vuelve hacia el señor enfadada y muy molesta,
recriminándole su acción y diciéndole con voz alterada:
- ¡Pero oiga!, ¿Que se ha creído usted?
¿Quien le ha dado permiso para agarrarme de esa manera? ¿Acaso llevo
escrito que sea una chica fácil?
- Pues no se bonita,
pero: después de haberme bajado la bragueta del pantalón en dos
tiempos, creía que había suficiente confianza entre nosotros,
como para ayudarte a subir al autobús.
¿Qué puedo decir que no sea una broma excelente? Muchas gracias y tienen una gran semana, Humoreo.
ResponderEliminarGracias por leerme y por dejar tu comentario hermana. Me alegro mucho de que te haya gustado el chiste y celebro, el haberte sacado alguna risa.
EliminarQue tengas una magnifica semana y un mes de marzo para nunca olvidar.
Un abrazo Paula!!!