Dos amigos
treintañeros, se encuentran en un Pub después de varias semanas de no verse,
después de varios cubatas, uno le cuenta desilusionado y con rabia al otro:
- ¡Tío,
no te lo vas a creer! La otra noche, conquisté a una señora madura, en una
discoteca de las que tú ya sabes, una de esas “Liberales”.
Tenía muy
buen aspecto para una mujer de 60 años, de hecho, no estaba nada mal, era
rubia y muy guapa, alta, delgada, elegante, distinguida, carnes prietas
para su edad. Estaba hablando con ella y sin querer, me encontré imaginando que
quizás tendría una hija preciosa, de unos 30 años como yo, o algunos menos.
Tomamos
algunas copas de más, nos hicimos algunas caricias fogosas en nuestras zonas
íntimas e incluso nos besamos ardientemente.
Entrada ya la madrugada,
ella me preguntó algo que me dejo "trastornado"
El amigo, impaciente, le instó a que siguiese contando.
- ¿Que
te pregunto? ¡Cuenta, cuenta! ¡Me tienes en ascuas tío! ¡Estoy más caliente que
el palo de un churrero!
El confidente, trataba de calmarlo diciéndole:
- No te
impacientes y atiende, esta historia no tiene desperdicio... continuo
contándote...
Andabamos a lo nuestro cuando de repente ella me dijo:
- ¿Has
tenido alguna vez un “Doble Deportivo”?
Yo le conteste intrigado:
- ¿Qué
es eso? Yo no suelo frecuentar estos antros y me coge
descolocado.
La mujer, haciéndose la experta en cuestiones, me dijo:
- ¿No lo
sabes? ¡Qué ingenuo eres! Es hacer un trío, con una madre y una hija.
Yo, le dije
muy excitado:
- ¡NO! ¡Jamás, tuve un Doble Deportivo! Pero... "Muero de ganas de
tener uno".
Charlamos
durante un rato más, tomamos la última copa y me dijo...
- ¡Esta
es tu noche de suerte! Voy a hacer realidad, tu fantasía de hacer un trió con
dos mujeres ardientes.
El amigo no podía aguantar la curiosidad morbosa...
- ¡Joder
tío! Siempre dije, que eres un tío con mucha suerte. ¡Sigue... sigue contando!
El confidente, sigue la narración, observado fijamente por su amigo.
- Nos
fuimos para su chalet en las afueras y pensé para mis adentros, ¡Por
fin se me hace realidad lo de hacer un trío con ella, y la hija preciosa que
imaginé en la discoteca!
Ese solo pensamiento, me excitaba más y más, conforme
llegábamos al chalet.
¡Tenía el pene, que se salía del pantalón por la cintura!
Llegamos a
su chalet en un barrio muy elegante. En el garaje, solo tenían
Jaguar, Mercedes y BMW. Subimos en un ascensor a la primera planta, donde tenía
una gran habitación, con una gran barra de bar toda recubierta
de cuero rojo, y una gran cantidad de bebidas caras en unas
estanterías de cristal. Se quitó los zapatos y los tiró, sobre
la alfombra que estaba junto a la gran cama redonda. Ahí fue,
cuando se me aceleró el ritmo cardíaco imaginando el monumento de
hija que tendría esta bella mujer.
El amigo no podía aguantar más tanto misterio y le dijo:
- ¡¡¡Por lo que más quieras, no te entretengas más y termina, que me va a reventar la cabeza!!!
El confidente continua con su relato diciendo:
- Encendió la
luz de un gran vestíbulo, lleno de trajes y zapatos clasificados, yo mientras,
admiré la decoración de la habitación, era todo de muy buen gusto, la
decoración de las paredes, los muebles, la vista que había por las grandes
ventanas...
Me pidió que
le bajase la cremallera del vestido y empezó a desvestirse lentamente. Bajo su
vestido, llevaba un body blanco que le sentaba francamente bien, se acerco a
mí, me abrazo, y justo cuando iba a quitarme el pantalón gritó malhumorada y muy enfadada...
- ¡¡Joder
Mamá!! Pero... ¿Dónde vas? ¡¡¡Qué aún no te he llamado!!!
increible
ResponderEliminarGracias, espero que hayas disfrutado con la lectura.
EliminarUn saludo.