En un pequeño
pueblo del interior de Castilla, una mujer entra en una farmacia. Con mucha
discreción, llama al farmacéutico para hablar con él, -apartados de los demás clientes- y en voz baja, le pide:
SEÑORA- Por favor señor farmacéutico,
quiero comprar arsénico.
FARMACÉUTICO- Pero... ¡Señora, no puedo venderle eso así! ¿Para qué lo quiere
usted? ¿Cuál es la finalidad que quiere conseguir?
SEÑORA- ¡¡Matar al
cerdo de mi marido!! El hijo
de put... me engaña con otra. ¡A mí, que siempre me desviví por el!
FARMACÉUTICO- ¡¡Mucho peor me
lo pone señora, para ese fin....
no puedo vendérselo!!! Entiéndame señora me arriesgaría mucho
si lo hiciese.
Entonces
la mujer muy enfadada, abre la bolsa que lleva colgada del hombro, y le muestra
al farmacéutico, una fotografía de su marido, haciendo el amor con la mujer del
farmacéutico en la postura del perrito.
FARMACÉUTICO- ¡¡Ah bueno!!...
¡¡CON LA RECETA MÉDICA ES OTRA COSA SEÑORA!!
¡¡CON LA RECETA MÉDICA ES OTRA COSA SEÑORA!!
Ja, Ja, Ja,
Ja.
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