martes, 25 de febrero de 2014

No es club nudista para viejos

Un hombre de 58 años, -a las puertas de la jubilación, y que ha quedado viudo hace poco más de dos años-, decide hacerse socio de un club nudista muy exclusivo, -500 euros de cuota inicial- y cercano a donde vive el.

El hombre, -que se siente muy aburrido y deprimido, después de haberse quedado viudo-, decide hacerse socio del club nudista por simple curiosidad morbosa, ya que él, solo va en busca de nuevas emociones.
Como era su primer día en las instalaciones, se quita toda la ropa (como todo el mundo) y sale a dar una vuelta por el lugar.

No es club nudista para viejos

Durante el paseo por los patios del club nudista, ve a una linda y exuberante rubia, que aparece por allí en cueros vivos, con un pubis totalmente rasurado, un culo prieto y bien colocado, unos muslos largos y proporcionados y unos pechos redondos y turgentes, que desafiaban todas las leyes de la gravedad.


Aquel pobre hombre -sin poderse controlar- nota como su miembro, toma vida propia, y sufre una erección, como hacía décadas que no tenia.
Él, siente como el pene se le empina, e intenta disimular como puede la erección, pero la rubia maciza, -que se ha percatado de la descomunal erección-, se acerca sensualmente andando y le dice:
- ¡Hola!... ¿Me ha llamado usted, señor?
- ¿Yo? No señora. ¿Por qué?
La rubia, se da cuenta de que es un novato, y le dice:
- Ahhh entiendo. Usted debe ser nuevo en el club ¿Verdad? Bien... Yo le voy a explicar cómo funciona este club.
Aquí tenemos una regla, que todo el mundo debe cumplir.
Si yo, le provoco a usted una erección, quiere decir que usted me ha llamado, que usted me desea. Así que... Déjese llevar y disfrute corazón.
Sonriente, la chica lo lleva a un jardín cercano, y se tumba boca arriba en una toalla. Invita al socio a echarse junto a ella, y se deja hacer, todo lo que el hombre desea, de todas las formas posibles y de todas las posturas imaginables.
Una vez terminado, el hombre, -loco de contento y satisfecho de tanto placer recibido-, sigue explorando las delicias de aquel club nudista.
Entra en una de las saunas, se sienta en el banco de madera, -y debido al fuerte calor-, involuntariamente, se le escapa un fuerte y sonoro pedo.

No es club nudista para viejos

Sonriente y de inmediato, se le acerca un negro enorme, musculoso, con un tatuaje en el brazo que dice BIG LEROY, con una erección, de la dureza y tamaño de un bate de béisbol.
Se le acerca, y con voz ronca y grave, le dice:
- ¡Hola!... ¿Me ha llamado usted, señor?
- ¡¡¡ ¿Yo?!!! ¡¡¡No, para nada oiga!!! ¿Por qué dice eso?
El gran negro, se da cuenta de que es un novato, y le dice:
- Ahhh ya entiendo. Usted debe ser nuevo aquí, en el club nudista ¿Verdad?
No se preocupe... Yo, Big Leroy, le voy a explicar cómo funcionamos aquí.
Usted debe saber, que aquí tenemos una regla que dice, que si se tira un pedo sonoro en la sauna, significa que me ha llamado, que usted me desea, y que busca mis servicios sexuales.
Dicho esto, -el negro gigantón, voltea a nuestro novicio personaje-, lo pone a cuatro patas, y se lo encaloma de todas las formas posibles dentro de la sauna.
Terminada la faena, le da un fuerte beso en la boca, y luego se marcha a dar una vuelta por el interior del club nudista.
El novicio, -con mucha dificultad para andar, porque tiene el culo hecho jirones-, se dirige como puede, a la oficina del club.
Allí, es recibido por una recepcionista totalmente desnuda, con unos grandes pechos, que lo saluda muy amable y sonriente.
No es club nudista para viejos
- ¡Hola señor! ¿Puedo ayudarlo, en algo? ¿Desea alguna cosa?

El hombre, -con la cara desencajada por el dolor que siente y muy enfadado- le dice a la recepcionista del club nudista:

- ¡¡¡Señorita, aquí tiene, quédeselas!!! Les devuelvo su llave y su tarjeta de socio del club nudista.
Pueden ustedes quedarse con los 500 euros de cuota inicial que aboné, se los regalo gustoso.
La señorita con cara de asombro, no sabe qué hacer ante tal situación, y le dice:
- ¡Pero señor, usted tan sólo ha estado aquí un par de horas, y solamente ha visto, dos de nuestras instalaciones! ¿No le gustaron? ¿No fueron de su agrado? ¿Tuvo usted problemas?
El hombre respira hondo, se carga de paciencia e intentando ser cortes y amable, le dice:
- Escúchame guapa... He estado echando cuentas ¿Sabes? -Replica el pobre hombre, mirando fijamente a la tetuda y sexy recepcionista-. Yo tengo ya cumplidos, los 58 años, a duras penas, consigo tener una débil erección a la semana, pero resulta, que me tiro como 15 pedos fuertes y sonoros al día...
Así que pensándolo bien...

¡¡¡A mi... No me salen las cuentas... Gracias!!!
No es club nudista para viejos

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