Un viejecito ingenuo de 90 años, llega al médico para su chequeo de rutina. Al llegar a la consulta y sentarse frente al doctor, este -con preocupación manifiesta- le pregunta:
- ¿Qué le ocurre, buen hombre? ¿Cómo se siente?
El viejecito ingenuo con cara de satisfacción le contesta:
-¡¡¡De maravilla!!! Nunca estuve mejor doctor. ¡¡¡Tengo una novia rubia, escultural, de 19
años!!! Ahora está embarazada, de mí.
Ella me dice, que disfruta mucho del sexo conmigo y... ¡¡¡Vamos a tener un hijo
próximamente!!! ¿Cómo le parece que debo sentirme?
El doctor se queda pensando asombrado por
un momento y le dice:
- Permítame contarle una historia real y
verídica señor.
Un día de duro invierno, un cazador salió
a cazar, salió tan apresuradamente de su casa, que se confundió y cogió el
paraguas en vez del rifle. Cuando llegó al bosque, se encontró enfrente con un
gran Oso gris. Entonces... El cazador
levantó el paraguas, lo encaró, apuntó al oso al pecho y... disparó.
¿A que no sabe usted que pasó?
El viejecito ingenuo le
responde al doctor:
- No sé doctor... Me tiene usted
intrigado. ¿Qué pasó?
- Pues... Que el oso, cayó muerto frente
a él, -concluye el doctor-.
- ¡¡¡Eso es imposible doctor!!! Exclama el viejecito ingenuo; alguien
más estaba allí, y fue él, el que debió haber disparado.
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