Un hombre tenía tres novias y no sabía a cuál de
ellas elegir, como mujer ideal para casarse. Decidió entonces, hacer un
test económico, para ver cuál de ellas, era la más apta para ser su esposa.
El pensó... La más eficiente haciendo “Shopping” será mi mujer ideal.
Sacó
15.000 euros de su cuenta bancaria, y los repartió entre ellas, a razón de 5.000
euros para cada una, y les dijo:
-
Podéis gastarlo como queráis, en lo que os parezca y apetezca.
La
primera mujer se fue de “Shopping” con sus 5.000 euros y se compró ropa,
lencería, joyas, zapatos, complementos, fue al salón de belleza y se hizo una
depilación integral, un corte de pelo y una manicura.
Por
la tarde volvió y le dijo al hombre:
- Me gasté todo el dinero que me diste los -5.000 euros- en ropa, joyas, lencería, complementos y en el salón de belleza. Así estaré más guapa, sexy, y apetitosa para ti. Así desearas más, estar conmigo... “Me encanta sentirme tu mujer ideal”.
¡¡¡Lo
hice porque te quiero mucho cariño!!!
La
segunda mujer también se fue de “Shopping” con sus 5.000 euros pero...
Le compró un reloj, ropa de marca para él, una consola de última generación,
una televisión de pantalla plana LED FullHD con Smart TV, zapatos de marca,
zapatillas de deporte, zapatillas de andar por casa -súper cómodas-, un juego
de palos de golf y le saco el carnet de socio del club de Golf.
Por
la tarde volvió y le dijo al hombre:
- Me gasté todo el dinero que me diste los -5.000
euros-, en regalos para ti. Pensé que así serás mas feliz, y por supuesto,
yo también lo seré, porque... “Yo disfruto mucho viéndote feliz” “Me encanta sentirme
tu mujer ideal”.
¡¡¡Lo
hice porque te quiero mucho cariño!!!
La
tercera mujer no se fue de “Shopping” no compró nada, cogió el dinero -sus 5.000
euros- y lo invirtió en bolsa. En tres días triplicó lo invertido, regreso,
le devolvió los 5.000 euros que el hombre le había dado y le dijo:
-
Invertí tu dinero en bolsa y así me gané el mío. Ahora puedo hacer lo que
quiera con mi propio dinero, sin perjudicarte económicamente a ti.
Así
es como yo me siento más realizada, sabiendo, que no dependo económicamente de
ti.
“Me
encanta sentirme tu mujer ideal”.
¡¡¡Lo
hice porque te quiero mucho cariño!!!
Entonces
el hombre comenzó a pensar, cuál de ellas, era su mujer ideal y con cuál de ellas, debía casarse.
Pensó,
pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó,
pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó...
A
los hombres nos cuesta muuuuuuuucho pensar, cuando se trata de mujeres... Y
más, si buscamos a nuestra mujer ideal.
Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó...
Pensó
en el dinero, pensó en el “Shopping”
que habían realizado, pensó en la inversión en bolsa...
Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó...
Y
siguió pensando cuál de ellas, era su mujer ideal.
Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó...
No sabía muy bien, que cualidad femenina y personal estaba buscando, que pudiese hacer a una de ellas, su mujer ideal.
Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó... Pensó, pensó, pensó...
Y
AL FINAL -DESPUÉS DE MUCHO PENSAR Y PENSAR- ELIGIÓ, A LA QUE TENIA LAS TETAS MÁS GRANDES.
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