Un hombre felizmente casado
desde hace años, olvida que es el día de su aniversario de boda. Al llegar a su
casa, tras un duro día de trabajo, le espera impaciente su mujer, que le dice:
- Hola José... ¿Amor, a que has vuelto a olvidarte otra vez?
El, -un poco desconcertado por la pregunta- responde:
- ¿De qué, cielo? ¿De qué me he olvidado?
- ¡¡¡Hoy cumplimos 5 años de casados!!! ¡¡¡Es nuestro quinto
aniversario!!!
Contesta ella con entusiasmo.
Él, -sabiéndose descubierto sin coartada- sale al paso como puede.
Aunque ella, antes de darle tiempo a pensar, le dice:
- Cari... Mi vida, quiero que me lleves a cenar, a ver un buen
espectáculo, a bailar y que luego me hagas el amor ardientemente hasta caer
agotados.
- ¡Justamente eso, era lo que tenía planeado para esta noche
cariño! Pero iba a ser una sorpresa.
Ella le interrumpe diciéndole:
- Bueno, hoy quiero algo especial José, quiero que me lleves al
Libind Sex a ver su espectáculo erótico.
- ¿Queeeeé?, ¿Tú estás loca?, ¡¡¡Eso es un antro para salidos!!!
¡¡¡Yo ahí no voy!!!
Pero ella, le contesta con autoridad femenina:
- ¡¡¡No hay más que hablar!!! ¡¡¡Quiero que me lleves allí, a ese
antro, y punto!!! Ya lo he decidido, tengo curiosidad por verlo, y saber como
es.
Llegada la noche, se ducharon juntos, se vistieron elegantemente,
y fueron donde ella había planeado y pedido que le llevase.
Al llegar al Libind Sex y hablar con el portero, este les dijo:
- ¡¡¡Dentista!!! ¡Qué gusto verle de nuevo! Hoy viene gratamente
acompañado picarón.
La mujer, sorprendida por la familiaridad demostrada por el
portero, le dice al marido:
- José... ¿Te dijo dentista? ¿Te conoce ese hombre? ¿De qué?
El marido, no sabe cómo salir del atolladero en el que se
encuentra, y le contesta a su mujer:
- ¿Ehhh?... ¡¡¡Claro que me conoce!!! ¡¡¡Cómo no me va a
conocer!!! Este tipo trabaja en el edificio de mi consulta. Es el encargado del
mantenimiento del edificio.
Después, -apenas entraron por las puertas-, el director del ballet
de las vedettes le dijo a él:
- ¡¡¡Buenas noches!!! ¿Cómo le va dentista? ¡Qué alegría verlo
otra vez por aquí!
La mujer, saltó de nuevo sorprendida y enojada:
- ¿José, qué dice éste? ¿Qué dijo?... ¿Qué bueno verte otra vez?
José... ¿Tú has venido antes a este sitio?
- ¿Yo? ¿Qué dices Mari, tú estás loca? ¿A este antro voy a venir?
¡¡¡Y solo además!!! Esto pasa porque a todos les dicen lo mismo. Estos lugares
libidinosos son así.
Ya dentro del local, los recibió Andrés, el gerente y relaciones
públicas del local.
- ¿Como esta dentista? ¡La mejor mesa, como siempre! ¿Verdad?
La mujer que no aguanta más, le recrimina al marido:
- ¿Este cabrón, también es empleado del edificio de tu consulta
José? ¡¡¡Te voy a matar cabronazo!!! ¡¡¡Tú no me engañas!!!
- No... ehh... A ver... No, Mari. ¿Cómo te explico? Este señor me
conoce, porque es al que le compré, tu nuevo coche deportivo.
La mujer fuera de sí, y muy enojada le dice al marido:
- Me estás diciendo mentiras, una detrás de otra... ¡Cabronazo!
¡¡¡Y me las vas a pagar, te lo aseguro!!! ¡¡¡Tú sabes cómo las gasto!!!
En ese justo momento, apareció la vendedora de cigarrillos con un corsé
ajustado, un pequeño tanga, unas medias
negras de malla de red y un liguero,
y le dice con voz melosa:
- ¡Hola, mi Reeeeeeeeyy!, ¿Te doy tu Cohiba de siempre corazón?
La cigarrera, se puso el habano entre sus dos grandes y turgentes
pechos y le dijo:
- ¡Mete tu manita, y saca el habanito calentito mi amor! ¡¡¡Tú
sabes bien cómo hacerlo!!!
María estaba colérica, a punto de matar a su marido cuando... De
repente, se apagaron las luces de la sala.
¡Por fin comenzaba el espectáculo erótico!
El dentista y su mujer, tomaron asiento y comenzó el espectáculo.
Al correrse el telón apareció Jazmín, una mujer rubia, de cuerpo
escultural, y súper sensual, -con medidas corporales de 90/60/90- que empezó a
hacer un striptease de escándalo.
Cuando Jazmín se quedó solo con el minúsculo tanguita, -que con
dificultad tapaba su depilado pubis- se acercó a la mesa del dentista, y muy
mimosa, preguntó en voz alta a todos los asistentes al espectáculo:
- Y ahora... ¿Quién dicen ustedes que me va a quitar el tanguita?
Todos los allí presentes gritaron al unísono:
- ¡Se ve, se siente, el denti con los dientes! ¡Se ve, se siente,
el denti con los dientes!
María no aguantó más, esa era la gota que colmaba el vaso. Salió
corriendo despavorida de allí y se metió en un taxi.
El marido la siguió, y la alcanzó dentro del vehículo.
La mujer histérica y encolerizada, empezó a pegarle fuertemente y
trató de echarlo fuera del coche diciéndole:
- ¡¡¡Eres el hijo de puta más grande, que he visto en mi vida!!!
¡¡¡No te perdonaré jamás!!! ¿Cómo has podido hacerme esto?
María se quitó un zapato y sin pensarlo, comenzó a insultarlo y a
pegarle con fuerza en la cabeza.
El taxista, -enseñando una amplia e irónica sonrisa-, miró por el
espejo interior del coche y dijo:
- Dentista, mire que hemos llevado a putas locas y desesperadas.
Pero... Como esta zorra. ¡¡¡NINGUNA!!! ¿Verdad?
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