lunes, 9 de septiembre de 2013

Unas gafas tecnológicamente incuestionables

Andrés, después de mucho tiempo deseando ir  de viaje por China, consigue una buena oferta de viaje  y realiza por fin su ansiado sueño. 
Una vez allí, ve una tienda de innovaciones tecnológicas y se compra un par de gafas de tecnología punta, muy vanguardistas, que permiten ver desnuda a la gente. 
Se las pone para probarlas y ve pasar a unas y a otras cada cual con mejor cuerpo.  ¡¡¡Todas desnudas!!! 
¡¡¡Estaba encantado!!! 
Se las pone, desnudas. Se las quita, vestidas.
Se las pone, desnudas. Se las quita, vestidas. 
- ¡Por Dios, qué maravilla de invento!
- ¡Qué tecnología manejan estos chinos! 
Es tal la alegría que siente, que incluso adelanta el viaje de vuelta a casa. Se muere de ganas por enseñarle a su mujer, la compra tan maravillosa que ha realizado. 
En el avión, no puede disimular su euforia. Se siente enloquecido viendo a las azafatas (cada cual más buena) en pelota picada. 
Se las pone, desnudas. Se las quita, vestidas.
Se las pone, desnudas. Se las quita, vestidas. 
Cuando llega a su casa, antes de abrir la puerta, se coloca las maravillosas "supergafas", para ver desnuda a su Susana. 

Abre la puerta, la busca dentro y allí está ella, su querida esposa, con Joaquín, su mejor amigo. Retozando en su cama... 

Unas gafas tecnológicamente incuestionables

¡¡Desnudos los dos!!

Se quita las gafas, desnudos.
Se pone las gafas, desnudos.
Se las quita... desnudos.
Se las vuelve a poner... ¡desnudos! 
Y no puede evitar soltar un grito tan fuerte y enojado, como desgarrador: 
- ¡¡¡Su puta madre!!!
- ¡¡¡Que son nuevas y ya no funcionan!!!

- ¡¡¡Joder con los putos chinos!!!

Unas gafas tecnológicamente incuestionables

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