Una abuela, va de compras al supermercado de junto
a su casa, y pone en su canasta, las latas de más calidad y caras, de comida
para gatos. Una vez que se pone en la caja, le dice a la cajera:
-Yo sólo compro lo mejor en comida para mi gatito.
¡Le tengo tanto cariño!
La cajera le responde:
-Lo siento, pero no podemos venderle comida para
gatos, sin que compruebe antes, que tiene usted un gato en su casa.
Debido a la crisis, muchos ancianos compran comida
para gatos, y luego por necesidades, ellos mismos se la comen, y no son aptas para el consumo humano.
Por tanto la gerencia del supermercado, necesita
una prueba fehaciente, de que realmente usted tiene un gato.
La anciana muy contrariada se va a su casa, toma a
su gato, lo mete en un maletín porta gatos, y regresa al supermercado para
demostrarle a la cajera, que tiene un gato en casa.
Una vez visto el gato... le venden las latas sin más
trabas.
Al día siguiente, la misma viejecita va al súper,
y compra una caja de galletas para
perros.
La cajera le exige de nuevo, la prueba de que
tiene un perro, alegando, que muchos ancianos llegan a comerse la comida para
perros si están necesitados.
Frustrada, la viejecita va a su casa, regresando con
su perro atado y con un bozal puesto en el hocico.
Una vez visto el perro... por fin, le venden las
dichosas galletitas para perros.
Un día después, la señora regresa de nuevo a
comprar al súper, esta vez, lleva una pequeña caja con un agujero en la tapa.
Al entrar al supermercado, se acerca a la cajera,
y le pide a esta por favor, que meta un dedo por el agujero de la tapa.
La cajera desconfiada le dice entonces:
- ¡¡No!!... ¿Está loca?... ¿Quién me dice a mí, que
usted no tenga ahí una serpiente venenosa?
La anciana con cara muy seria, le asegura, que en
la caja no hay nada que pueda morderla o hacerle daño, y que ella se hace
responsable de que nada le pasará. Entonces, la cajera mete el dedo… toca algo
blando y pegajoso, e inmediatamente, lo retira
gritándole a la viejecita:
- ¡Esto es mierda señora! ¡¡¡Qué asco!!!
La viejecita, la mira con una sonrisa que le llega
de oreja a oreja, y le dice a la cajera:
- Es cierto, querida, tienes toda la razón. Y
ahora que lo has comprobado fehacientemente…
¿Puedo comprar cuatro rollos
de papel higiénico de doble capa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario.
#HLR #humorHLR