Una
mujer ama de casa, realiza por la mañana temprano, las compras navideñas para celebrar la noche buena. Al
llegar a su casa, saca todo lo comprado y lo pone sobre la encimera de la
cocina. Deja allí la compra, y se marcha a limpiar las habitaciones del piso.
Al
rato, viene su hijo pequeño de seis años muy alterado y preocupado, gritando...
-
Mamá, mamá, los bombones de chocolate negro que has comprado hoy... ¿Son
marrones, crujientes y se mueven al tocarlos?
- ¡¡No hijo, no!! ¿Pero qué dices, estás loco? ¿Cómo van a moverse unos bombones?
- ¡¡Anda!! Pues... entonces, creo que me he comido una cucaracha que había en la
caja.
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