En
un colegio público estatal, una nueva profesora de sustitución para matemáticas,
decide enseñar las matemáticas a los niños, de una manera totalmente
diferente.
Decide
enseñarles las matemáticas, haciendo un uso conjunto con la música, y
les dice:
-
Bueno niños, hoy vamos a tener, una clase muy diferente de matemáticas.
Vamos a ver. A cada uno de vosotros os voy a escribir un número en la pizarra,
y vosotros, por medio de una canción popular, tendréis que realizar una suma,
que dé como resultado, el número escrito por mí en la pizarra.
Después,
comprobareis que el resultado de vuestra canción, coincide con el número
escrito por mí en la pizarra y listo.
¿Os
ha quedado claro a todos?
Todos
los niños -excepto Jaimito- contestaron al unísono...
-
¡¡¡Sííííííí señorita, que bien!!!
Jaimito por su parte, permanece
en silencio y piensa:
-
Esta nueva profesora, me va a poner difícil, la clase de matemáticas de
hoy.
¡Pues,
ya veremos quién sale victorioso de esta clase de hoy!
La
profesora, comienza el turno de preguntas por Luisito y le dice:
-
A ver Luisito, pasa aquí junto a la pizarra, que vamos a comenzar el ejercicio.
La
maestra coge una tiza y escribe el número 16 en la pizarra, diciéndole a
Luisito:
-
Tienes 10 segundos para contestar, y comienza el tiempo... ¡Ahora!
Luisito
piensa durante un momento y contesta:
-
Señorita, ya lo tengo, le canto la suma:
2
y 2 son 4,
4
y 2 son 6,
6
y 2 son 8,
y 8 dieciséis.
¡¡¡Coincide
señorita, coincide!!!
La
profesora felicita a Luisito diciéndole:
-
¡Muy bien Luisito! Muy ingenioso y original.
¡Continuemos
chicos!
La
profesora, pone a cada niño de la clase -uno por uno- un número, que todos
terminan resolviendo, no sin dificultad.
Llegado
el turno de Jaimito, la profesora con una sonrisa y cara malvada
piensa...
-“Este
debe ser Jaimito, el niño que mi compañera dice que es tan avispado y
burlón” Pues bien... "Ahora, yo sí que te voy a joder, Jaimito".
La
profesora lo mira desafiante, coge la tiza, y le escribe el número 23 en la pizarra.
A
los 9 segundos, Jaimito se pone de pie, se acerca a la pizarra y le
dice:
-
Señorita, ¿Vale rapear para resolver el número?
La
señorita piensa durante un par de segundos y le dice:
-
¿Rapear? Uhhmmmm... No sé, rapear, no es una canción popular.
Los
demás niños, empiezan entonces a gritar todos juntos:
-
¡¡¡Que Jaimito rapee!!! ¡¡¡Que Jaimito rapee!!! ¡¡¡Que Jaimito rapee!!!
¡¡¡Que Jaimito rapee!!! ¡¡¡Que Jaimito rapee!!!
La
profesora se siente coartada por los gritos de los niños y accede a que Jaimito
rapee.
-
¡¡¡Bien niños, callaros!!! ¡¡¡Callaros ya!!! Jaimito, puedes rapear la
suma, te doy mi permiso.
Y
Jaimito -con su típica sonrisa sarcástica- comienza su melodía rapera.
Esta nueva profesora,
estúpida y soez,
con
esta tonta cuenta,
me
quiere a mí joder.
Con
los dedos de mis manos,
con
sus dedos de los pies,
con
mi picha y sus dos tetas…
¡¡¡Suman
veintitrés!!!
¿Coincide
señorita, coincide?
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