Un señor, se
va de vacaciones de verano con su mujer. Como su principal deseo es que ella
disfrute al máximo, eligen el viaje y hotel que les recomienda la agencia, pues
les argumentan, que les harán rebaja en la factura de hotel.
A su llegada
al hotel, y tras observar las instalaciones, el establecimiento aparentaba ser muy
lujoso y parecía tener un precio razonable, si se comparaba con las comodidades
ofrecidas.Pues bien,
mientras estuvieron allí alojados, todo fue sobre ruedas, hasta que llegó el
momento de pagar la cuenta.
Cuando llegan
al mostrador de recepción, el señor, le pide la cuenta al recepcionista y...
La factura se
había disparado hasta unas cifras totalmente desorbitadas.
El hombre, se
dispuso lógicamente, a cursar la correspondiente queja por escrito, puesto que
en la agencia de viajes, el presupuesto que les habían facilitado, era bastante
más barato que la factura emitida, y además, les dijeron que les harían una rebaja
en la factura de hotel.
Viendo que le
asiste la razón, le dice al recepcionista:
- Oiga, verá,
es que, he estado mirando la cuenta, y aquí hay cosas que creo que están
equivocadas.
El
recepcionista lo mira y le dice:
- A ver,
dígame señor. ¿Qué es lo que usted ve raro?
- Mire usted,
aquí dice: "Por uso continuado de piscina 400 euros", y ni yo ni mi
mujer hemos ido un sólo día a la piscina. ¿Cómo puede ser esto?
El
recepcionista toma aire y les contesta lo siguiente:
- Ya, pero
hay piscina en el hotel, la tenían a su disposición, y si no la han usado es su
problema, no del hotel.
El señor
vuelve a aludir a la factura emitida y dice:
- También
dice: "Por uso habitual de la biblioteca: 200 euros" y ni siquiera
sabíamos que existía una biblioteca.
El
recepcionista, haciendo uso de un lenguaje muy calmado, le contesta.
- Mire usted,
existe una gran biblioteca en este hotel, y si no la han usado, eso es algo que
a nosotros, no nos importa en absoluto.
El señor, con
una indignación monumental, le recalca:
- ¿Y qué me
dice de lo de? "Por consumo de bebidas en el mini-bar: 630 euros".
¡¡¡Ni mi mujer ni yo, hemos probado una sola gota de alcohol del dichoso
mini-bar!!!
El
recepcionista con gran habilidad, vuelve a salirse por la tangente, diciéndole
al señor:
- ¿Qué quiere
usted que yo le diga? Ahí lo tenían ustedes, si no lo han usado... Pero bien...
Dejemos de darle vueltas a la factura señor. Todos estos servicios, han estado
a su entera disposición, si ustedes no han hecho uso de ellos, no es culpa del
hotel.
El señor
entonces, cambia la cara, pone una sonrisa irónica en su boca, y le dice al
recepcionista:
- Bien señor.
Según usted, la cuenta asciende a 4.800 euros ¿Verdad? Pues bien, aquí le dejo
1.800 euros y damos por zanjada la cuestión. ¿Estamos de acuerdo?
El
recepcionista con los ojos abiertos como platos, no sale de su asombro y
contesta:
- ¿Cómo dice
usted? Debe usted haber perdido los papeles señor. ¿Cómo va a ser ese el
importe?
El señor
vuelve a insistir -esta vez-, poniendo cara de convencimiento total.
- Pues sí. Lo
que ha oído usted. 1.800 euros es lo que yo creo que importa la factura.
Entonces, el recepcionista del hotel, protesta
indignado.
- Pero señor,
faltan 3.000 euros ¿Está usted loco? ¿Quiere que me despidan? ¡¡¡Eso es una rebaja
en la factura de hotel inasumible por nosotros!!!
El señor
vuelve a reafirmarse en sus planteamientos y contesta:
- Sí señor,
pero es que... Usted no ha tenido en cuenta, lo que yo les cobro por follarse
-todos ustedes- diariamente a mi mujer.
El
recepcionista sin entender nada contesta:
- ¡¡¡Pero si
no la hemos tocado!!! Le juro a usted, que ni un solo empleado de este hotel,
ha hecho el menor intento de fornicar con su mujer.
Entonces el
señor haciendo uso de la misma arma esgrimida por el hotel contesta:
- Sí, pero
ahí la tenían ustedes, a su entera disposición.
¡¡¡Si
no lo habéis hecho, es vuestro problema, no el mío!!!
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