Un preso del corredor de la muerte de los EE.UU
-condenado a muerte por asesinato en primer grado- se escapa después de pasar
25 años esperando que llegue su ejecución.
Durante su frenética huida, consigue entrar en una
casa rural en la que duermen, una joven morena bellísima y su moreno, apuesto,
esbelto y escultural marido.
El preso -tras luchar durante gran rato con ambos-
consigue atar y amordazar al hombre a una silla y a la mujer la ata y amordaza
a otra, que deja separada de su marido, en la otra esquina de la habitación.
Dando señales de estar muy nervioso y alterado, se
acerca con su rostro al cuello de la mujer,
y poniendo ojos de loco paranoico se pone a susurrarle algo al oído. Al
momento, -como si de un autómata se tratase- se incorpora y sale rápidamente de la
habitación sin decir palabra.
Inmediatamente, -arrastrando la silla como puede- el marido se acerca a su esposa y en voz baja le dice:
-Mi amor... este hombre tiene aspecto de
paranoico, seguramente, no habrá visto a una mujer tan bella como tú en años. Vi como besaba tu cuello y te susurraba
algo al oído. Quiero que no le lleves la contraria en nada, aprovechemos ahora
que salió, para hablar de cómo debemos actuar. Quiero pedirte por lo que más
quieras, que cooperes con él y hagas todo lo que te pida. No soportaría ver que
te pasa algo de lo que nos arrepintamos toda la vida.
Si te dice que quiere tener sexo contigo, no lo
rechaces y muéstrate sumisa para todo lo que te pida, tú finge que te gusta lo
que te está haciendo, y todo saldrá bien y pasará antes. Bajo ningún concepto. ¡Repito!
Bajo ningún concepto, lo hagas enojar.
¡Nuestras vidas pueden depender de ello mi vida!
Sé fuerte mi vida, yo te amo con todo mi corazón,
y no te pediría esto, si no fuese así.
La joven esposa asiente con la cabeza y le dice al
marido balbuceando:
- Querido... cuanto me alegra que pienses así de
nuestras vidas. Tienes toda la razón, ese hombre no ha visto a una mujer en
muchos años, pero te equivocas en una cosa… no estaba besando mi cuello. Estaba
diciéndome al oído, que tú le gustas muchísimo y que lo pones verraco como a un
semental. También quería saber, si teníamos bastante vaselina en el baño,
porque dice... que se aplicará bien y a fondo contigo antes de marcharse. Por
eso cielo... solo por eso, créeme.
Sé fuerte mi vida, y ya sabes lo que acabas de
decirme con tanta efusión . ¡No le lleves la contraria!...
¡¡ YO TAMBIEN TE AMO CIELO!!
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